conexiong21.com.ar

martes, 7 de marzo de 2017

SALUD: LA GOTA ES LA ARTRITIS MÁS DOLOROSA


Resultado de imagen para imagenes de personas que padecen de gota

Entre cinco y ocho hombres por cada
mujer, padecen esta enfermedad que
suele aparecer después de los 30 años
y que es producida por la acumulación
de cristales de urato monosódico en
distintas partes del cuerpo, sobre todo
en las articulaciones, los tejidos blandos
y los riñones.



La gota es una enfermedad reumática que afecta a adultos. Su prevalencia aumenta con la edad y el principal factor de riesgo es la hiperuricemia, vale decir, una concentración elevada de ácido úrico en sangre. La inflamación de una única articulación, acompañada de dolores agudos y aumento de calor local, que suele instaurarse de forma rápida sobre todo en el dedo del pie, los tobillos, el empeine o las rodillas, constituyen las primeras señales de la enfermedad.

Frente  a estos síntomas, es recomendable acudir al médico para iniciar un tratamiento que alivie el malestar inicial y solicitar las pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico. En tal caso, para determinar la enfermedad gotosa bastará con una sencilla extracción de líquido dela articulación, donde se pueden encontrar los cristales de ácido úrico.

Un estilo de vida poco saludable, la obesidad, la ingesta excesiva de alcohol o alimentos ricos en purinas, como las carnes rojas, vísceras, pescado azul o mariscos, actúan como desencadenantes de la crisis gotosa, pero no son la causa de la enfermedad, que está condicionada por factores de origen genético en la mayor parte de los casos.

El ataque de gota, como comúnmente se lo denomina, es la aparición repentina de la enfermedad, de manera tal que en pocas horas una articulación puede pasar de no manifestar síntomas a, de repente, presentar inflamación y piel enrojecida y brillante, acompañadas de un dolor muy agudo y sensible al tacto, incluso, al mínimo roce de las sábanas.

Entre los alimentos que reducen el riesgo de contraer gota  están en la leche, el yogur y los productos lácteos bajos en grasas, mientras que algunos estudios demostraron que consumir café y proteínas de origen vegetal (como legumbres y frutos secos) tienen un efecto protector contra la enfermedad.



Fuente: Doctora María Isabel Casas. Revista Familia Cooperativa




No hay comentarios:

Publicar un comentario