A pesar de que se achicó de manera importante en la última década, en Bahía Blanca la distancia que separa a los sectores más pobres con relación a los sectores que reciben la mayor cantidad de ingresos sigue siendo alta.
Sin embargo, esta no parece ser la peor noticia.
Es que las últimas cifras permiten vislumbrar una tendencia --todavía leve pero presente-- a que la brecha, que supuestamente desvela a los gobiernos de corte populista como el de Cristina Kirchner, comenzó a ensancharse de nuevo, de acuerdo con datos oficiales recientes.
Según el INDEC, en el segundo trimestre de 2004, el 10 por ciento de los hogares bahienses más ricos ganaba 23,53 veces más con respecto al 10% más pobre. Diez años más tarde, con la política de redistribución del ingreso que puso en marcha Néstor Kirchner, esta brecha redujo a 11,45 veces. Concretamente, esto ocurrió en el lapso entre abril y junio pasado.
No obstante, el análisis de las cifras recientes invita a ser cautelosos con respecto a lo que vendrá.
Una cautela que nace, sobre todo, de la realidad de un país con una inflación que parece no querer bajarse del 40% interanual.
Es que al momento de comparar con respecto a lo que ocurría hace exactamente un año, la diferencia de ingresos entre hogares ricos y pobres era de 11,15 veces.
Esto permite inferir un incipiente deterioro en la importante mejoría en la distribución de los recursos generados por la sociedad local en la última década.
Más: dicho deterioro se confirma al comparar con relación a lo que ocurría en el primer trimestre de este año, ya que la diferencia de ingresos era de 10,72 veces.
El consenso de los analistas opina que el mix inflación-pérdida de puestos laborales explica gran parte del cuadro local, que es en verdad similar a lo que acontece en el resto del país.
Así, hasta los centros de estudios económicos con marcada afinidad con el gobierno nacional admiten una situación que resulta preocupante: el reciente proceso de retracción económica afectó a los niveles de empleo y, por ende, al reparto de la torta de ingresos. Los pobres reciben cada vez porciones más pequeñas, mientras los ricos ven su plato casi igual que antes.
“Vinculada a la caída del nivel de actividad económica, la evolución del mercado de trabajo en el segundo trimestre de 2014 mostró un incremento de la desocupación y un leve aumento de la subocupación, en un escenario en el que se redujeron las tasas de actividad y empleo”, destacan desde el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), cercano a la CTA kirchnerista, que preside Hugo Yasky.
FUENTE: (lanueva:com)
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