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lunes, 2 de febrero de 2015
ESPECTACULOS: Las razones del éxito de 'Las mil y una noches
La telenovela turca "Las mil y una noches", que es el gran éxito del verano y se perfila como uno de los booms del año, se mueven por el Bósforo, la Torre Galata, el puente entre Europa y Asia y otras bellezas exóticas. Todas postales que se volvieron cercanas para el público local. Pero son varias las puntas que pueden ayudar a entender el fenómeno, a saber:
1. La historia de amor
No es una relación edulcorada, no es correspondida del todo (aún), comenzó de manera turbia y para nada romántica. Onur le pagó un dineral a Sherezade (que ella usó para el trasplante que le salvaría la vida a su hijo pequeño) para pasar una noche con ella. El se enamoró, ella no se lo perdonó. Pero en su arrepentimiento, Onur está demostrando que se puede cambiar y Sherezade intenta no ceder pero... no hay voluntad inquebrantable. Es más, todavía (capítulo 20) no hubo un beso entre ellos, todo es respiración a centímetros de distancia, todo es casi roce y se ve que el público compra eso frente a tanta exposición desinhibida y vacía de emoción. Como culebrón que es, seguramente la pareja terminará felizmente unida, pero mientras tanto, todos queremos saber qué pasará hasta llegar a eso.
2. Los personajes
Las actuaciones, para algunos, pueden resultar lentas. Pero una de las claves es el juego de sutilezas que guardan muchos de los personajes detrás de sus máscaras. Fuera del dúo protagónico, también generan empatía Kerem, Bennu y el pequeño Kaan. La pareja de Burhan y Nadide son claves para muchas escenas y Burhan (el otro gran arrepentido de esta historia), con su estricto sentido del deber, no deja a nadie indiferente. Otra pareja de la trama: Ali Kemal y Fusun, fluctúan entre generar rechazo y lástima, los dos tan desgraciados e infumables.
3. El éxito en Turquía y en otros países
La novela, que fue grabada y emitida como unitario entre 2006 y 2009 en Turquía, tuvo gran éxito en su país de origen y es de esas producciones que triunfaron más allá de sus fronteras: Colombia, Ecuador, México, Chile, Brasil, Uruguay, Puerto Rico son sólo algunos de los países latinoamericanos que recibieron con los brazos abiertos esta historia. Ahí donde se emitió, arrasó con los niveles de audiencia.
4. La ficción llegó a la realidad
Otro ingrediente es que la historia de amor traspasó la pantalla, y de la ficción pasó a la realidad: Bergüzar Korel y Halit Ergenç (Sherezade y Onur) se enamoraron de verdad, dejaron a sus respectivas parejas de entonces, se casaron y tuvieron un hijo. Uno los ve en la ficción y no puede evitar que ese dato de la realidad se filtre haciendo más intensa la tensión amorosa y sexual entre ellos.
5. Amistades y amores cruzados
Si bien la trama es casi exclusivamente un trazado laberíntico sobre la historia de amor central, hay otros ejes que también aportan. Hay lazos de amistad, como el de Onur y Kerem, que une negocios, infancia en común y afinidades de toda una vida que, se presiente, se verán resquebrajados por el amor que sienten los dos hombres hacia la misma mujer. Uno imagina que podrían aparecer traiciones y juegos sucios, que le aportarían una cuota de tragedia a la historia. Algo parecido pasa con Sherezade y su gran amiga y confidente Bennu. Las chicas son leales, buenísimas, se quieren mucho. Pero la rivalidad por un hombre (Bennu ama a Kerem, él parece corresponderle, pero en realidad quiere a Sherezade quien, tal vez, decepcionada de Onur, lo mire con cariño en algún momento) las puede enfrentar dolorosamente.
6. El horario y el rating
La emisión de la telenovela comenzó el 5 de enero, casi en el horario de Cenicienta, a las 23. Pero la repercusión llevó a las autoridades de El Trece a cederle al programa el horario prime time estrella de las 22. El culebrón le devuelve la gentileza con creces que, en términos televisivos, es buen rating. Enseguida, Las mil y una noches pasó a ser lo más visto del día con jornadas en los que la audiencia trepó a picos de 20 puntos, como el miércoles, por ejemplo.
7. El machismo y las suegras
Adrede o involuntario, el machismo salta a la vista. Y no sólo por parte de los personajes más tradicionales como el severo Burhan. También el encantador Onur asoma con algunos rasgos machistas (lo llaman Don Onur), tratando de controlar y dirigir todo en la vida de Sherezade ante lo que ella se viene rebelando. Y algo que cada vez toma más peso en la historia y lleva como nombre el temido "suegra". Las señoras Feride y Secal (madres de Onur y Kerem) se las traen: no sólo se meten sin pedir permiso en las vidas de sus hijos, sino que no tienen pelos en la lengua para decirles en la cara que no les gustan las mujeres que ellos eligen. Las señoras, muy paquetas ellas, ricas y con mucho tiempo libre, parecen de temer y no son un obstáculo menor (otro más) que se interpone para concretar la historia amorosa.
8. El exotismo
Además de los paisajes bellísimos de una ciudad famosa por sus tesoros arquitectónicos y artísticos como Estambul, hay pequeñeces cotidianas que pueden llamar la atención del espectador local. La comida, por ejemplo: se ve a los personajes beber esa bebida de color blanco a base de anís que se llama raki; Burhan toma sopa de yogur todo el tiempo y no suelta su rosario; todos se quitan sus zapatos cuando entran en sus casas; los nombres impronunciables que resultan graciosos al oído extranjero como Buket, Bursu y Burzin (las nietas de Burhan) o Mirhiban (la ucraniana que cuida al hijo de Sherezade). El otro dato romántico es la alusión a Las mil y una noches original que Onur cita continuamente, recordando que su papá se lo leía de niño. Como homenaje, él bautizó a uno de sus caballos (su gran pasión) como Sasariye, aquel sultán a quien Sherezade (la primera, la de la literatura) le contaba sus historias.
9. Las influencias
Una de las marcas que indican que la novela es un éxito es que varios Registros Civiles del país recibieron el pedido para bautizar bebés con los nombres de Sherezade y Onur. Y eso que esto recién empieza, se emitieron apenas unos 20 capítulos.
10. La sencillez en las formas
A pesar del doblaje, la historia se impone. La forma clásica del culebrón, los personajes satélite que no interfieren en el eje central, todo está en función del gran protagonista de Las mil y una noches: el amor. Hay miradas intensas, hay frases poéticas, hay sufrimiento y sacrificio. Pero también, romanticismo, ilusión y esperanza. Puede sonar kitsch y, por momentos naif. Puede parecer exageradamente tradicional e incluso, un poco pacata. Pero eso es el género. Y Las mil y una noches es fiel al género. Eso, está probado, funciona muy bien.
FUE3NTE: ( http://www.necocheatotal.com.ar)
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