El nuevo gobierno griego inició este domingo en París una gira europea para conseguir apoyos en su cruzada para aliviar el peso de su deuda, con un discurso más medido destinado a tranquilizar a sus acreedores –en especial, a Alemania– y mostrar su voluntad de continuar en el euro.
La idea es lograr que los socios europeos den tiempo al nuevo poder griego para hacer nuevas propuestas en espera de una solución antes de mayo. “Sería muy razonable tener un nuevo contrato para Grecia y todas las naciones (europeas) antes del fin del mes de mayo”, declaró el ministro de Finanzas Yanis Varoufakis al concluir su entrevista con su homólogo francés Michel Sapin, primera etapa de un viaje que lo llevará este lunes a Londres, el martes a Roma, y más tarde, en fecha desconocida, a Alemania. “Hasta entonces no vamos a pedir nuevos créditos” a los acreedores, dijo durante una rueda de prensa conjunta con Sapin.
Desde la victoria electoral del partido Syriza hace una semana, el nuevo ejecutivo de izquierdas de Alexis Tsipras tiene a sus socios europeos en vilo sobre la cuestión del pago de la deuda griega, superior a los 300.000 millones de euros, equivalente al 170% de su PIB. Tras unos primeros intercambios tensos, Atenas moderó su mensaje el sábado.
“Nadie quiere un conflicto y nunca tuvimos la intención de actuar de forma unilateral respecto a nuestra deuda”, declaró Tsipras, que recordó, no obstante, que Grecia necesitaba más margen para acabar con problemas enraizados en su economía, como la evasión fiscal, la corrupción y las políticas que favorecen a una minoría rica.
En sus próximos encuentros, Varoufakis abordará la cuestión “desde un punto de vista técnico”, con “argumentos rigurosos y con cifras” para “conseguir apoyos”, según su entorno.
El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, había viajado el viernes a Atenas. Allí alertó sobre las consecuencias para Grecia de no respetar los acuerdos suscritos con sus socios. Syriza ganó las elecciones con la promesa de poner fin a las políticas de austeridad impuestas por los acreedores. Atenas intenta ahora saber cuál es su margen real para negociar y cuánto tiempo puede durar la negociación mientras la economía del país está en apuros.
FUENTE: ( http://www.clarin.com)
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