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sábado, 16 de noviembre de 2013

INTERNACIONALES: China traza su vía al futurohttp://www.lavanguardia.com/

Los dirigentes chinos han diseñado el futuro de la segunda potencia mundial. Una estrategia que transformará al gigante asiático en la próxima década. Su objetivo es el de duplicar la riqueza y la de sus habitantes en el horizonte del año 2020. No obstante, los detalles de estas reformas aún están por desvelar
 China traza su vía al futuro
Portada del suplemento 'Dinero' del domingo 17 de noviembre de 2013.


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Ellas y ellos suman casi cuatrocientos. Son los miembros titulares y suplentes del Comité Central del Partido Comunista de China que, tras una reunión a puerta cerrada de cuatro días en Pekín, han trazado el futuro del gigante asiático para la próxima década. Unas reformas que deben y conducir a duplicar la renta per cápita de los chinos en el 2020 y asegurar un crecimiento económico estable en torno al 7%.

La reunión. oficialmente denominada III Plenario del Comité Central del 18 Congreso del Partido Comunista, ha dejado , sin embargo, un sabor agridulce. El comunicado emitido al término de la reunión resulta vago, inconcreto y permite todo tipo de interpretaciones.

Para bien o para mal, es la forma china de hacer las cosas. En general, este tipo de documentos no acostumbran a proporcionar muchos detalles. Sus claves están en la letra pequeña y estas no acostumbran a aflorar hasta al cabo de un tiempo. Es entonces cuando se conoce el contenido de los acuerdos, el calendario de aplicación y, en definitiva, sus consecuencias.

En este caso, el comunicado de la reunión ha creado desconcierto. Una confusión influida por que en las últimas semanas la prensa oficial publicitó esta sesión de la nueva cúpula comunista como un hecho histórico. Un cónclave del que habían de surgir unas profundas reformas que iban a transforma al país en la próxima década.

La expectativas tenían su origen en que históricamente los terceros plenos del Comité Central han protagonizado giros históricos en la modernización de China. Este fue el caso del tercer pleno que se celebró en diciembre de 1978, en que Deng Xiaoping impuso la apertura económica del país asiático, tras una década de anarquía impulsada por la Revolución Cultural. O el de 1993, donde el primer ministro Zhu Rongji impuso la economía de mercado socialista, y llevó a China a la OMC.

En esta ocasión, la reunión, presidida por el nuevo líder del Partido y del Estado, Xi Jinping, ha subrayado dos aspectos que deberían marcar el futuro de China. Uno de ellos es la afirmación de que el Partido Comunista apuesta por que el mercado tenga "un papel decisivo" en la evolución económica del país.

La palabra "decisiva" supone una evolución importante en la semántica china, frente al definido "papel básico" que el mercado tenía hasta ahora. Un cambio que sugiere que los nuevos líderes impulsarán reformas radicales en los próximos años, que afectarán a los monopolios estatales.

El segundo factor que se adivina como clave es el anuncio de la creación de un pequeño grupo que liderara y supervisará las reformas económicas que se impulsen. Este comité puede resultar fundamental para transformar el país. Hasta ahora, el desarrollo y aplicación de las decisiones que decidía la cúpula del Partido descansaban en los ministerios o las instituciones locales o provinciales, que las frenaban si lesionaba sus intereses. La nueva comisión debería evitar esos bloqueos.

Pero no todas las señales que han salido de la reunión del Comité Central son positivas. El comunicado difundido por Xinhua señala que el Estado mantendrá "un papel fundamental en la economía". Una afirmación que cuestiona la afirmación de que el mercado tendrá un papel decisivo en la economía del gigante asiático.

La nota mantiene, asimismo, importantes silencios sobre asuntos que habían despertado gran expectación como la liberalización del yuan y de los tipos de interés o la flexibilización del permiso de residencia, que deberían abrir la puerta a un mayor consumo Y tampoco clarifica el futuro de los monopolios estatales.

Un documento que los especialistas de la realidad China observan con escepticismo. "Rezuma efluvios de compromisos por todas partes, lo que prefigura eventuales obstáculos a los cambios", ha señalado Wang Qinwei, analista de Capital Economics.

"Es bastante ambiguo y modesto", ha señalado Jean-Pierre Cabestan, de la universidad Baptista de Hong Kong a Afp. Observa "una gran prudencia sobre los pasos a seguir en las reformas" y añade que reflejan igualmente "un compromiso entre reformistas y conservadores", especialmente sobre la cuestión de la propiedad pública.

En cambio, Ding Shuang, economista de Citigroup, considera que "debemos concentrarnos sobre lo que han dicho acerca de que el mercado debe jugar un papel decisivo". Advierte, no obstante, de que "el hecho de que se haya creado un comité para impulsar las reformas sugiere que aun no han decidido sobre los detalles de dichas reformas".

A pesar de todo, la historia demuestra que en China, los efectos de las medidas que adoptan sus dirigentes no se reflejan hasta al cabo de un tiempo. Así pues, sólo hay que esperar y ver.
Reformas en siete sectores clave
Un año después de asumir el liderazgo, los dirigentes comunistas han decidido concentrarse en la reforma de siete sectores clave para transformar la economía del país asiático, si bien no han definido aun el calendario de su aplicación.

Apuestan por modernizar el clima empresarial. Subrayan la necesidad de modernizar y mejorar la gestión del sector público, que seguirá jugando un papel fundamental en la economía del país y afirman su apoyo el desarrollo del sector privado.

La cúpula del Partido ha optado por evitar pronunciarse abiertamente sobre los monopolios estatales y en su lugar ha optado por hablar del papel del mercado. Un eufemismo para plantear su reforma. Un asunto que la terminología utilizada sugiere la existencia de vivas discusiones, debido a los grupos de interés existentes en torno a estas industrias. La apuesta, sin embargo es la de construir "un mercado abierto, ordenado y competitivo", según el comunicado de la reunión. Un objetivo al que los líderes comunistas señalan que "hay que dedicar un gran esfuerzo para lograr derribar las barreras internas que frenan los avances en la eficiencia y la equidad". Los principales monopolios estatales se concentran en los sectores de gas y petróleo, electricidad, carbón, banca, telecomunicaciones y transporte ferroviario.

La construcción de un nuevo sistema de gestión agrícola es otro de los temas pendientes. Apuntan a dar a los agricultores más derechos sobre la propiedad de los terrenos que cultivan. Un reconocimiento que debería frenar el afán de los gobiernos locales de obtener beneficios por medio de la transferencia de tierras.

Uno de los platos fuertes de esta reforma es el ámbito financiero. Concretamente, la liberalización del yuan y la flexibilización de los tipos de interés. Se trata de proseguir la reforma que China inició el pasado mes de julio, cuando comenzó a permitir que los bancos decidieran sus propios tipos de interés. en julio, aunque las tasas de depósito las sigue fijando el Banco Popular de China. Se prevé fijar un sistema de seguro de depósitos.

El gigante asiático contempla asimismo impulsar la apertura del sector bancario. Una medida que supondrá abrir la puerta a las entidades financieras privadas, así como a las extranjeras a largo plazo. Esta reforma, sin embargo, tropieza con la resistencia de la gran banca estatal, acostumbrados a ganar dinero de forma fácil a través de proyectos financiados por el Gobierno.

Otras de las reformas importantes por la que apuestan los dirigentes comunistas es la reforma de la fiscalidad. Consideran que se trata de "una medida imprescindible para optimizar la asignación de recursos, proteger la integridad del mercado, salvaguardar la equidad social y mantener la paz y la estabilidad de China a largo plazo", según señala el comunicado.

Los expertos sostienen que esta iniciativa incluirá una simplificación del actual sistema de impuestos y un nuevo método de financiación de los gobiernos locales. Subrayan que los municipios deben dejar de depender de los recursos que generan las transferencias de tierras, por un impuesto sobre la propiedad. A ello se sumarán la reforma del impuesto sobre el consumo y una tasa sobre el carbón y los metales.

Finalmente, los dirigentes comunistas también están dispuestos a abordar el sistema de financiación de los distintos niveles de la Administración china y que sea más transparente. El comunicado de la reunión subraya que "hay que determinar explícitamente las obligaciones de los gobiernos a distintos niveles". Detrás de esta frase se esconde la voluntad de los nuevos líderes de poner fin a la discutida disparidad entre ingresos y gastos de los gobiernos locales. Una medida que tiene como objetivo frenar el desmedido endeudamiento de muchos ayuntamientos, que realizan grandes inversiones en proyectos de bajo rendimiento.


Fuente: (http://www.lavanguardia.com)

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