El papa Francisco decidió acompañar sorpresivamente este jueves a 150 indigentes y "sin techo" a visitar la Capilla Sixtina, una iniciativa inédita del pontífice latinoamericano para mostrar con gestos su deseo de abrir la Iglesia a los pobres.
“Es un buen regalo por parte del papa y de Krajewski”
"El papa, acompañado por un mayordomo, estrechó la mano de cada uno y tomó la palabra para decirles: 'Bienvenidos. Esta es la casa de todos, de ustedes. Las puertas están abiertas para todos'", informó en un comunicado el Vaticano. Francisco permaneció 20 minutos con sus huéspedes especiales a quienes bendijo y pidió que oren por él.
La visita, que incluyó también un recorrido por los jardines y los museos del Vaticano, fue organizada por el limosnero de la Santa Sede, el polaco Konrad Krajewski.
Al término del paseo cenaron en la cafetería del museo.
Esta fue la primera ocasión en la que las personas sin hogar que viven en las inmediaciones de Roma entraron en los Museos y pudieron contemplar la obra de Miguel Ángel.
Fueron un total de 150 las invitaciones que entregó Krajewski, en nombre del papa Francisco, entre las personas más desfavorecidas que viven en las calles adyacentes a San Pedro.
El testimonio de los invitados
La invitación, según relató a los medios Pino, un sintecho que lleva en la calle más de 30 años, la entregó Krajewski el martes por la tarde y aportó así "calor" a quienes sufren más.
"Es un buen regalo por parte del papa y de Krajewski" que le provocó una "ilusión importantísima" a Pino, quien dijo conocer muy bien al limosnero y verle y hablar con él "muy a menudo en las calles".
Del papa, dijo sentirse "muy cercano" tras haber sido recibido "cuatro o cinco veces en audiencias grupales" y se refirió a él como "un papa buenísimo" al que aprecia mucho este sintecho, que aseguró acudir de vez en cuando a iglesias cercanas para ver obras de arte.
Alessandro también compartió la felicidad de Pino por la oportunidad de adentrarse en los Museos Vaticanos, a los que, a pesar de ser romano, nunca antes había tenido la oportunidad de visitar.
"Mucho interés y mucha curiosidad" es lo que sintió al recibir la invitación para una jornada que resultó "muy gratificante" y que le hizo "muy feliz".
"¡Parece mentira que siendo romano no haya visto nunca la Capilla Sixtina, qué vergüenza!", exclamó Alessandro, uno de los sintecho que, a pesar de haber nacido y vivido más de 40 años en la capital italiana, no tuvo ocasión de apreciar el arte vaticano.
Graziella, una mujer que lleva 30 años viviendo en la calle, dijo a Efe a la salida del Vaticano, después de la cena con la que terminó esta visita tan inusual, que "el papa está dando un buen ejemplo".
Fue una "experiencia maravillosa, extraordinaria, irrepetible", así como una "gran sorpresa encontrar al papa. Muy sonriente y humildemente. Nadie lo haría, solo él. La humildad de este papa es inigualable", aseguró.
Los organizadores explicaron que dispusieron distintos grupos para llegar a los Museos y que, dentro de ellos, los sin hogar visitaron también los jardines, además de hacer un recorrido para contemplar las obras de arte y, en especial, las de Miguel Ángel.
El centro de las preocupaciones del Papa
La iniciativa fue impulsada por la Limosnería del Vaticano para los más pobres y se suma a otros gestos que ha tenido la Santa Sede con esas personas, a las que el papa Francisco se refiere a menudo como el centro de sus preocupaciones.
Entre las obras de caridad desarrolladas recientemente por el Vaticano destacan también la entrega de 400 sacos de dormir a personas sin hogar que viven en las calles de Roma con motivo del 78 cumpleaños del papa, celebrado el pasado 18 de diciembre.
Además, la Limosnería vaticana abrió en febrero tres duchas y una sala de barbería, que son utilizadas por las personas sin hogar que a menudo viven y duermen bajo las columnas de la plaza de San Pedro y en los alrededores.
Grifos de agua caliente, dispensadores de jabón o secadores de manos activados con fotocélulas son algunos de los servicios de los que se pueden beneficiar estas personas sin hogar, para que puedan mantener unas condiciones de higiene saludables.
Además, la Limosnería vaticana, encargada de realizar las obras de caridad del papa, entregó recientemente equipos de aseo compuestos por una toalla, jabón, cepillo de dientes y dentífrico, espuma y cuchilla para afeitarse.
La preocupación por la higiene personal de los sintechos vino después de que Krajewski le contase al papa que había invitado a una de estas personas, un italiano llamado Franco, a comer por su cumpleaños, pero que este lo rechazó porque se avergonzaba ya que "olía mal".
“Es un buen regalo por parte del papa y de Krajewski”
"El papa, acompañado por un mayordomo, estrechó la mano de cada uno y tomó la palabra para decirles: 'Bienvenidos. Esta es la casa de todos, de ustedes. Las puertas están abiertas para todos'", informó en un comunicado el Vaticano. Francisco permaneció 20 minutos con sus huéspedes especiales a quienes bendijo y pidió que oren por él.
La visita, que incluyó también un recorrido por los jardines y los museos del Vaticano, fue organizada por el limosnero de la Santa Sede, el polaco Konrad Krajewski.
Al término del paseo cenaron en la cafetería del museo.
Esta fue la primera ocasión en la que las personas sin hogar que viven en las inmediaciones de Roma entraron en los Museos y pudieron contemplar la obra de Miguel Ángel.
Fueron un total de 150 las invitaciones que entregó Krajewski, en nombre del papa Francisco, entre las personas más desfavorecidas que viven en las calles adyacentes a San Pedro.
El testimonio de los invitados
La invitación, según relató a los medios Pino, un sintecho que lleva en la calle más de 30 años, la entregó Krajewski el martes por la tarde y aportó así "calor" a quienes sufren más.
"Es un buen regalo por parte del papa y de Krajewski" que le provocó una "ilusión importantísima" a Pino, quien dijo conocer muy bien al limosnero y verle y hablar con él "muy a menudo en las calles".
Del papa, dijo sentirse "muy cercano" tras haber sido recibido "cuatro o cinco veces en audiencias grupales" y se refirió a él como "un papa buenísimo" al que aprecia mucho este sintecho, que aseguró acudir de vez en cuando a iglesias cercanas para ver obras de arte.
Alessandro también compartió la felicidad de Pino por la oportunidad de adentrarse en los Museos Vaticanos, a los que, a pesar de ser romano, nunca antes había tenido la oportunidad de visitar.
"Mucho interés y mucha curiosidad" es lo que sintió al recibir la invitación para una jornada que resultó "muy gratificante" y que le hizo "muy feliz".
"¡Parece mentira que siendo romano no haya visto nunca la Capilla Sixtina, qué vergüenza!", exclamó Alessandro, uno de los sintecho que, a pesar de haber nacido y vivido más de 40 años en la capital italiana, no tuvo ocasión de apreciar el arte vaticano.
Graziella, una mujer que lleva 30 años viviendo en la calle, dijo a Efe a la salida del Vaticano, después de la cena con la que terminó esta visita tan inusual, que "el papa está dando un buen ejemplo".
Fue una "experiencia maravillosa, extraordinaria, irrepetible", así como una "gran sorpresa encontrar al papa. Muy sonriente y humildemente. Nadie lo haría, solo él. La humildad de este papa es inigualable", aseguró.
Los organizadores explicaron que dispusieron distintos grupos para llegar a los Museos y que, dentro de ellos, los sin hogar visitaron también los jardines, además de hacer un recorrido para contemplar las obras de arte y, en especial, las de Miguel Ángel.
El centro de las preocupaciones del Papa
La iniciativa fue impulsada por la Limosnería del Vaticano para los más pobres y se suma a otros gestos que ha tenido la Santa Sede con esas personas, a las que el papa Francisco se refiere a menudo como el centro de sus preocupaciones.
Entre las obras de caridad desarrolladas recientemente por el Vaticano destacan también la entrega de 400 sacos de dormir a personas sin hogar que viven en las calles de Roma con motivo del 78 cumpleaños del papa, celebrado el pasado 18 de diciembre.
Además, la Limosnería vaticana abrió en febrero tres duchas y una sala de barbería, que son utilizadas por las personas sin hogar que a menudo viven y duermen bajo las columnas de la plaza de San Pedro y en los alrededores.
Grifos de agua caliente, dispensadores de jabón o secadores de manos activados con fotocélulas son algunos de los servicios de los que se pueden beneficiar estas personas sin hogar, para que puedan mantener unas condiciones de higiene saludables.
Además, la Limosnería vaticana, encargada de realizar las obras de caridad del papa, entregó recientemente equipos de aseo compuestos por una toalla, jabón, cepillo de dientes y dentífrico, espuma y cuchilla para afeitarse.
La preocupación por la higiene personal de los sintechos vino después de que Krajewski le contase al papa que había invitado a una de estas personas, un italiano llamado Franco, a comer por su cumpleaños, pero que este lo rechazó porque se avergonzaba ya que "olía mal".
FUENTE: (http://noticias.univision.com)
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