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martes, 16 de julio de 2013

INTERNACIONALES: Asumió el nuevo gobierno de facto en Egipto tras una nueva noche de represión

A lo largo de la madrugada y después de un lunes marcado por nuevas manifestaciones masivas en contra del derrocamiento del presidente democráticamente electo Mohamed Mursi, policías antimotines arremetieron contra los disconformes que se negaban a dejar las calles del centro de El Cairo.

Los relatos sobre lo que sucedió no fueron claros, pero el jefe del departamento de Cuidados Intensivos del Ministerio de Salud, Jaled al Jatib, confirmó que siete personas murieron y 261 resultaron heridas, según la agencia de noticias EFE.
Fuentes policiales informaron también que 401 personas fueron detenidas a lo largo del lunes y la madrugada de hoy.

Los peores enfrentamientos se produjeron en la plaza de Al Nahda, al lado de la Universidad de El Cairo, en uno de los barrios de la capital donde la Hermandad Musulmana, el movimiento islamista que reclama la vuelta al poder de Mursi, aún conserva su influencia.

La versión oficial, divulgada por la agencia de noticias Mena, sostiene que los choques habrían sido protagonizados entre militantes islamistas y "vecinos".

Sin embargo, en el corazón de la ciudad, las cámaras de los medios internacionales registraron la represión de la policía antimotines.

Allí, los intentos de los manifestantes que rechazaban el golpe de Estado de bloquear las principales arterias de la ciudad fueron duramente reprimidos, especialmente en la céntrica plaza Ramsés, junto a la estación de tren, y en el estratégico puente 6 de Octubre.

Ese puente desemboca en la plaza Tahrir, famosa por haber sido el escenario principal del levantamiento popular que terminó sepultando al gobierno de Hosni Mubarak en 2011.

Entrada la mañana, las corridas y la tensión comenzaban a aflojar y frente a la plaza Tahrir, en el Palacio Presidencial, el presidente de facto, Adly Mansour, se preparaba para comenzar la jura del gobierno que dirigirá la llamada transición hasta la convocatoria de elecciones, prometidas para el año próximo.

La foto del nuevo gobierno egipcio mostró a un grupo de hombres liberales, varios de ellos muy bien conectados con el mundo occidental.

En el medio del gabinete se destacaba la figura del jefe de las Fuerzas Armadas y uno de los hombres fuertes del nuevo gobierno, Abdel Fatah al Sisi, enfundado en el mismo uniforme que vistió al leer el comunicado que selló el golpe de Estado contra Mursi hace apenas dos semanas.

El primero en jurar en su nuevo cargo fue el primer ministro de facto, Hazem El Beblawi, un economista que ya había oficiado como ministro de finanzas del gobierno militar que asumió tras la caída de Mubarak y que ocupó el puesto de subsecretario general de Naciones Unidas entre 1995 y 2000.

Lo siguió el comandante golpista Al Sisi, quien no sólo conservó el Ministerio de Defensa y la cúpula de las Fuerzas Armadas, sino que además sumó el cargo de primer viceprimer ministro.

El equipo de 35 ministros se completó con algunas figuras internacionalmente conocidas, como el economista y veterano investigador del Banco Mundial Ahmed Galal, quien asumió la cartera de Finanzas, y el nuevo canciller Nabil Fahmy.

Fahmy es un veterano diplomático que dirigió la embajada egipcia en Washington de 1999 a 2008 y ofició como asesor de varios organismos de la ONU a lo largo de su carrera.

La relación con Estados Unidos es central en la política egipcia. La Casa Blanca prometió seguir aportando 1.500 millones de dólares anuales en concepto de ayuda militar y financiera pese a que, de acuerdo a las leyes estadounidenses, está prohibido asistir económicamente a gobiernos golpistas.

Luego de la ceremonia, el nuevo gobierno de facto explicó a la prensa que el primer ministro, El Beblawi, había ofrecido algunas carteras al Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la Hermandad Musulmana, y al partido salafista Al Nur.

Esta última fuerza apoyó el golpe, pero terminó rompiendo con los golpistas por las designaciones de dirigentes liberales en el gobierno y la represión contra manifestantes islamistas.

Al igual que Al Nur, la Hermandad Musulmana rechazó hoy al nuevo gobierno egipcio.

"Un gobierno que no se basa en el pueblo a partir de elecciones parlamentarias es un gobierno de gestión de negocios", sentenció el vocero del PLJ, Ahmed Subaya.


Fuente: (http://www.telam.com.ar)

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