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jueves, 25 de julio de 2013

INTERNACIONALES: El Papa revive en Río la Iglesia de los pobres

La "Iglesia de los pobres" revivió hoy en Brasil de la mano del papa Francisco, quien exhortó la Iglesia a "hacer lío" ante el excesivo "culto al dios dinero" y al proceso de exclusión de los jóvenes que crea "una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo". "Espero lío en las diócesis. Quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle", enfatizó el papa, quien advirtió que, de mantenerse cerrada, la Iglesia se convertirá en una organización no gubernamental: "Y la Iglesia no puede ser una ONG". La recomendación de "hacer lío" fue hecha por Francisco ante unos 5 000 fieles y jerarcas eclesiásticos de su país natal, Argentina, con los que se reunió en la Catedral Metropolitana, en un encuentro que él mismo propuso hace dos días, luego de llegar a Río para la Jornada Mundial de la Juventud. Poco antes, el Papa había realizado una visita a una de las comunidades más pobres y violentas de Río de Janeiro, la favela Varginha, donde enfatizó que "nadie es desechable", una frase agregada de improviso al discurso pronunciado ante unas 25 000 personas, en el que condenó con firmeza las injusticias sociales. "Hoy digo a todos ustedes, y en particular a los habitantes de esta comunidad de Varginha: no están solos, la Iglesia está con ustedes, el Papa está con ustedes", aseveró el pontífice, tras recorrer las calles y visitar una de las familias que viven en la barriada, ubicada en una de las zonas más pobres de Río. Antes de su alocución, el Papa había escuchado, emocionado, el discurso de uno de los habitantes de la favela, Rangler Irineu, quien destacó las precarias condiciones en que viven los habitantes locales, "olvidados por la sociedad y por el poder público". El joven recordó que gracias a la visita de Francisco la comunidad "pobre, pequeña, olvidada", llegó a la prensa nacional e internacional, "pero esta vez no en las páginas policiales". "Cuando se supo que usted venía, las calles fueron asfaltadas, los basureros mejor distribuidos y fueron hechas otras mejoras, algo que no estaba en nuestro cotidiano", resaltó el muchacho ante la mirada atenta del Pontífice, que en todo momento hizo gestos de aprobación con la cabeza. Las palabras de Irineu habrán posiblemente motivado su decisión de agregar una frase al texto del discurso repartido por el Vaticano: "No dejemos entrar en nuestro corazón la cultura de lo desechable. Somos hermanos, nadie es desechable", expresó el Pontífice, saludado en una pancarta como "el Papa de los villeros" (en referencia a los habitantes de las villas miseria, como se conoce en Argentina a las barriadas de infraviviendas). La frase improvisada se sumó la crítica reiterada a "la cultura del egoísmo, del individualismo", y a la advertencia de que una sociedad no será sana si deja marginados a los sectores menos favorecidos. "Ningún esfuerzo de 'pacificación' será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma", dijo el Papa, quien agregó que "la medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza". La favela Varginha, elegida por Francisco entre unas 750 comunidades pobres que deseaban recibirlo en Río durante la Jornada Mundial de la Juventud, es en sí misma un ejemplo de la marginación a que se refirió el Papa. La barriada fue creada en 1941 en la región del complejo de favelas de Manguinhos, en un área que en la época albergaba un sector industrial en expansión. A lo largo de los años, sin embargo, las fábricas fueron abandonando el lugar, que se convirtió en una zona de violencia y criminalidad. Durante décadas, el complejo de Manguinhos fue conocido como 'Franja de Gaza', en razón de los constantes tiroteos entre bandas rivales de narcotraficantes o entre delincuentes y Policía, que mantenían en vilo a los estimados 45 000 habitantes de la región, y que se atenuaron tan sólo en enero pasado, cuando un operativo policial expulsó a los criminales. Por su historia y por las precarias condiciones de vida de sus habitantes, la comunidad parece representar precisamente un ejemplo de la injusticia social que Francisco quiere que combatir con la Iglesia que sale a la calle para "hacer lío".

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Fuente: (http://www.elcomercio.com)

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